Hace unos días que hemos comenzado a ver la quinta temporada de «Cómo Conocí A Vuestra Madre» después de hacer un repaso extenuante de las cuatro temporadas anteriores en menos de dos semanas.
La temporada comienza un poco floja. Además, se detectan demasiados estereotipos en los personajes y, en general, la impresión de que los guionistas comienzan a sufrir el síndrome de la hoja en blanco en una serie que ya debería empezar a pensar en acabarse y convertirse en un clásico de la televisión.
Al menos, el capítulo en el que viajan a Chicago nos hace recordar las maravillosas sensaciones de las primeras temporadas.
Por ello, tenemos la sensación de que, tal vez, el salto del delfín ya se haya producido.