¿Buenos días? ¡alguien ha entrado en nuestro coche por la noche!
Ya es la tercera vez que nuestro coche es víctima de un extraño suceso.
Primero fue el asunto de los cristales rotos, luego el extraño suceso de los tapacubos nuevos y ahora, el asunto del … no sabemos cómo llamarlo.
Cuando hemos ido a coger el coche para ir al trabajo, como todas las mañanas, nos lo hemos encontrado con la puerta del conductor entreabierta, el interior helado y ligeramente húmedo por el frío de la noche, y la guantera revuelta.
¿Qué pretendía la persona que abrió la puerta?
¿Dormir dentro? ¿Robar algo? ¿Robar el coche?
¿Quizás fue descubierto por la policía en pleno robo?
Nunca lo sabremos…