Muchos ya sabéis que en nuestros viajes, a diferencia de lo que desea la mayoría, siempre esperamos que el clima no sea demasiado soleado (salvo contadas excepciones, como en el caso del suroeste de Estados Unidos). Incluso nos encanta recorrer algunos trayectos con lluvia.
Nuestra amiga Eva siempre nos dice que no nos comprende y que nos «regala» toda la lluvia del mundo para nuestros viajes.
No hay nada más evocador y precioso que una playa en una mañana con cielo cubierto.
¿Tan difícil es que el clima durante los viajes de verano sea así?
Algunos de los momentos más preciosos que hemos vivido han sido en días grises e incluso muy lluviosos. Quizás eso explique por qué nos gusta tanto un clima así.
O tal vez es que mi padre me ha contagiado el gusto por el «clima cántabro»…