En el pueblo en el que el relax se concibe metido en el agua, la gente se divierte y se admira mientras las coloridas andas de los jóvenes chocan cuando llegan al puente mientras se disputan el templo que está a una de las orillas del río que divide el pueblo en dos.
El templo ha de ser para los niños.
Todo es fiesta en este perdido pueblo de Japón.
Según parece, desde octubre se podrá viajar a Japón con total libertad.
¡Adelántate a los demás!