En el pueblo en el que el relax se concibe metido en el agua, la gente se divierte y se admira mientras las coloridas andas de los jóvenes chocan cuando llegan al puente mientras se disputan el templo que está a una de las orillas del río que divide el pueblo en dos.
El templo ha de ser para los niños.
Todo es fiesta en este perdido pueblo de Japón.