NO PIENSES, ¡ DISPARA !

Tarde o temprano teníamos que hablar de las cámaras Lomo (ЛОМО) y la «lomografía«.

Los orígenes de la «lomografía«

Según la historia oficial, en 1991, Matthias Fiegl y Wolfgang Stranzinger, dos estudiantes vieneses, se encontraban de vacaciones visitando la antigua Checoslovaquia (en pleno proceso de democratización).

Allí, en un mercadillo, encontraron unas rudimentarias cámaras de fotos de fabricación rusa a muy bajo precio y decidieron comprar un par para divertirse. Se trataba de la Lomo LC-A.

Por las calles de Praga fueron disparando los primeros carretes sin mirar por el visor, salvo contadas excepciones.

La sorpresa vino al revelar los carretes a su vuelta a Viena. Esta pareja de amigos se encontró un montón de fotos desenfocadas, sobreexpuestas, luminosas, saturadas y frescas, que transmitían una sensación de excitación explosiva.

Al cabo de un tiempo, decidieron montar un negocio con estas cámaras. El fenómeno de la «lomografía» había comenzado. Incluso personajes famosos como Robert Redford, Moby y Michael Schumacher han confesado ser «lomógrafos«.

Éste es el decálogo de la Lomografía:

1. Lleva siempre la cámara contigo.
2. Utilízala de día y de noche.
3. Lomografiar no interrumpe tu hacer cotidiano, la pone en escena.
4. Dispara desde la cadera.
5. Acércate todo lo que puedas a tu objetivo.
6. No pienses.
7. Sé rápido.
8. No importa lo que tienes en la pelicula.
9. Luego tampoco.
10. No te preocupes por ninguna de las reglas.

La tecnología «lo-fi» de las LOMO

Y es que las Lomo cuentan con unas características muy especiales basadas principalmente en su objetivo y distancia focal, que provocan  unas imágenes fuertemente saturadas y con un viñeteado alrededor que crea un efecto túnel.

Los efectos de la cámara, combinados con encuadres o posiciones de disparo poco usuales, consiguen resultados completamente diferentes a los de la fotografía convencional, que han conseguido crear un movimiento artístico.

Según la leyenda, estas cámaras eran utilizadas por los espías de la KGB para fotografiar planos secretos y silos ocultos de armas.
Esa misma leyenda cuenta que estas cámaras fueron copiadas de un modelo japonés que tenía la propiedad de fotografiar a oscuras, por lo que era ideal para el espionaje.

La lomografía en la cultura popular

No puedo negar que mi fascinación por ese tipo de imagen procede de lo que denomino «época grunge«, que abarca desde el año 1991 hasta el 1998 aproximadamente, donde todo el diseño publicitario y artístico (en videoclips, portadas de álbumes musicales, etc) estaba copada con este estilo fotográfico.

Quizás, la primera toma de contacto con este tipo de fotografía fue la portada del álbum «Achtung Baby» de U2.

Hace unos años, visitando una curiosa tienda de artículos de regalo de Valladolid, me enteré de la existencia de estas cámaras, sobre todo de la gama de nuevos «monstruos» fotográficos que habían salido a la venta aprovechando la tecnología Lomo.

Actualmente existen cámaras Lomo con flash que incluye filtros de colores, con lentes «ojo de pez», con multi disparo, etc.

Desde entonces, con las diversas cámaras que he tenido, he intentado conseguir efectos similares, pues no contaba con la suerte de tener una LC-A auténtica.

De hecho, en nuestro primer viaje al oeste de Estados Unidos intenté conseguir efectos similares gracias a una lente gran angular que incorporé a mi vieja máquina digital.

Éstos fueron algunos resultados:

Las opciones digitales para desarrollar la lomografía

El pasado 2 de junio, mi pasión por las Lomo volvió a despertar cuando me enteré de la existencia de unas cámaras llamadas Vistaquest, que son algo así como la versión digital de las Lomo. Aquí pueden verse ejemplos.

Pero si ya tenéis una cámara digital y no queréis gastar más dinero en artilugios, existe una solución más o menos apañada. A través de programas de retoque fotográfico, como el Photoshop o el Gimp, se pueden conseguir imágenes de aspecto similar a las obtenidas con las cámaras Lomo, aunque adolecen de cierto «realismo» y «naturalidad» propios de la aleatoriedad mecánica de estas cámaras.

Pero las opciones para los que no tenemos una Lomo no acaban ahí.

Desde que me hice con un iPhone hace poco más de un mes, he podido disfrutar de una extensísima cantidad de software de muy bajo precio (e incluso gratuito) que «convierte» la cámara de fotos del teléfono en una especie de Lomo bastarda (o que permite hacer retoques de fotos «normales» previamente tomadas).

Los resultados están a la vista: