Ayer por la noche, en el pueblo, salimos al patio de casa a mirar las estrellas, que se ven mucho mejor que en el cielo de la ciudad, sin duda.
De repente, una estrella fugaz cayó y pude verla con claridad.
Al grito de
acabo de ver una estrella fugaz
aproveché a pedir un deseo (sin decir cuál, para que se cumpla, claro).
No tengo fe en estas cosas, pero ya veremos si funcionan o no.
Hoy por la mañana, un nuevo día 15 para festejar.
Más que nada, ha sido un día familiar (por partida doble).
La vuelta a casa ha sido algo estresante por el enorme tráfico de vuelta de las vacaciones de la primera quincena.
Después, mini paseo por el barrio y mini charla sobre nuestro futuro.