Ayer pude hacer realidad uno de los sueños musicales de toda mi vida.
A poco más de 2 metros de Chris Isaak (y su guitarra solista), pudimos disfrutar de un concierto legendario.
Todavía no podemos creernos que este mítico cantante californiano, actor a ratos y ex boxeador aficionado, haya venido a tocar a Valladolid.
El concierto arrancaba con el mítica canción «Dancin’» de indudables aires rockabillies. Y como decimos, a escasos dos metros delante de nosotros han estado plantándose en cada tema para alardear de guitarra, de ritmo y de rock’n’roll.
Chris comentó que nunca había estado en un teatro tan bomito e incluso bromeó con el público preguntando:
No sé que clase de espectáculo esperábais. Quizás una ópera. Pues solo tenemos rock.
La piel se nos puso de gallina cuando comenzó a cantar el legendario tema de Elvis «Love Me Tender«, que tanto significa para nosotros. Además, mientras iba cantando, bajó del escenario, mezclándose con el público (algo que volvió a repetir con «Baby Did a Bad Bad Thing«, si no recordamos mal…)
A lo largo de casi todo el concierto el repertorio consistió en una perfecta selección de temas de todos sus álbumes, desde el ya muy lejano «Silvertone» de 1985 hasta el «Mr. Lucky» recién estrenado hace unos meses. El propio Isaak reconoció que era la primera vez que tocaban «en esta preciosa ciudad» por lo que quizás eso motivó aún más el repaso de su carrera.
Al contrario de lo que esperábamos, no se trató de un concierto exclusivamente acústico ni «sobre butaca», sino que hubio momentos muy eléctricos y de coreografías dinámicas y muy divertidas.
Para sorpresa de los que nos encontrábamos en el Teatro Calderón, también sonó una versión de «Pretty Woman» de Roy Orbison, tan viva y tan preciosa como la cantaba el propio Orbison. Una verdadera maravilla.
Entre canción y canción, el señor Isaak se ha dedicado a presentar los temas y a bromear con el resto de miembros de la banda con quienes, como apuntó el propio Chris, ha estado durante veinticinco años. Se trata de Kenney Dale Johnson a la batería, Rowland Salley al bajo y Hershel Yatovitz a la guitarra, además de Scottie Plunkett a los teclados (fabuloso!!).
El propio Isaak reconoció:
todo el mundo aplaude a la persona que está delante cantando, pero generalmente el maestro es la persona que está tocando el piano
También tuvo un momento para bromear con el bajista:
– Mamá, he estado en un concierto y me he enamorado de un músico
– ¿del cantante?
– no, del bajista
En un momento del show, Chris presentó a un ayudante de la gira, de raíces latinas, que sabía español (más o menos) e hizo de intérprete momentáneamente.
De hecho, respecto al idioma, el propio Isaak reconoció:
En California todos los niños estudian español pero yo lo dejé por el baloncesto porque pensaba «¿cuándo voy a ir a España? ¿de dónde voy a sacar el dinero?»
Esa misma persona saltó al escenario en medio de un tema (creo que «Baby Did a Bad Bad Thing») y se puso a tocar las congas con una maestría pasmosa, al más puro estilo Tito Puente.
Chris seguía bromeando:
Cariño, perdona que no te haya llamado pero es que estoy en España y me estoy divirtiendo
En un alarde de eclecticismo, también sonó, durante el espectáculo, algún tema de blues, momento que aprovechó Chris para «meterse» con el guitarrista tras un impactante solo de guitarra:
¿es eso todo lo que puedes ofrecer al público?
Y llegó el final del concierto. Los músicos se despidieron y Isaak levantó su guitarra que en la parte trasera lucía un cartel que ponía «muchas gracias».
Al minuto siguiente, y con el público enfervorizado, volvieron a salir a escena para regalarnos unos cuantos bises, como marca la tradición.
En ese momento, Chris saltó al escenario vestido con un traje hecho de espejos (véase foto) y con muchas ganas de moverse por el escenario; era el Isaak rockabilly.
En total casi dos horas de espectáculo en las que pudimos escuchar todos los grandes clásicos del californiano como «Blue Hotel«, «Wicked Game«, «San Francisco Days«, «Dancin’«, «Two Hearts«, «Forever Blue» (en una impresionante versión acústica Isaak solo), «Somebody’s Crying«, con broma incluída (véase video) o la nostálgica «Graduation Day«; también nuevas como «Cheater’s Town«, «Best I Ever Had» «We Lost Our Way» y hasta «Take My Heart«, de aires tan a lo Chet Atkins, e incluso temas de ritmo más frenético como «I Want Your Love» (con divertida coreografía de los músicos) «Go Walking Down There«, la impresionante «Speak of the Devil» (que tan buenos recuerdos nos trae) y ¡¡¡ hasta una ranchera !!!
Por sacar algún defecto (que no los hubo) nos quedamos con ganas de escuchar algunos temas. En este caso, hubiera sido un sueño haber podido escuchar «Can’t Do a Thing to Stop Me«, «Solitary Man» o «Funeral in the Rain«, pero a cambio sonaron temas como «San Francisco Days«, «Forever Blue» y otros aún más conocidos como «Wicked Game«, a cuyo comienzo se oyeron suspiros desde el público, o «Blue Hotel«, el primer tema que conocí de este artista antes incluso de que se hiciera famoso participando en la banda sonora de la legendaria película de David Lynch, «Corazón Salvaje«.
Precisamente, charlando con Javier Vielba, cantante de ARIZONA BABY, que se encontraba entre el público, estuvimos comentando que la escena de Sailor (Nicolas Cage) cantando «Love me Tender» en dicha película era mítica.
Por cierto, uno de los últimos temas que sonaron en el concierto fue «Blue Spanish Sky«, también incluída en la banda sonora de la película de David Lynch que, en su versión original, incluye un solo de trompeta que, en este caso, no pudo sonar. Una verdadera pena, como comentamos a Javier Vielba al final del concierto.
Por cierto, el propio Vielba nos comentó que estarán actuando de teloneros de Chris Isaak en tres de las cinco fechas que están programadas en la gira a su paso por España.
¡Ah!, bueno, lo olvidaba. Y ganó España el partido contra Chile…
Bueno, en realidad, ganamos nosotros con un concierto así 😉
Más tarde, cuando comenzaban a caer las primeras gotas de una tormenta veraniega, volvíamos hacia casa mientras empezábamos a darnos cuenta del inolvidable espectáculo que acabábamos de contemplar…
Epílogo:
Además de un maravilloso e imborrable recuerdo, del concierto nos ha quedado un disco en directo y una camiseta que compramos a la salida. Por cierto, el disco está firmado.
Actualización del 26 de junio de 2017:
Buscando más fotos por internet de este mítico directo genial fotógrafo Otazo nos hemos encontrado este artículo de la época, con algunas fotos interesantes.