Acabamos de volver de Palencia.
Aunque casi teníamos descartado ir hasta allí a que el mecánico que nos arregla el coche casi siempre echara un vistazo al fallo que lleva arrastrando el cuadro de mandos desde el pasado domingo, al final nos hemos decidido a ir hasta la capital del Carrión para intentar encontrar una solución al problema; especialmente una solución rápida y barata, que no estamos para gastar más dinero en el coche y, además, son malas fechas para tenerlo parado en reparación.
He de decir que, desde que comenzó este asunto, en todo momento me he planteado la posibilidad de que se tratara de un fusible quemado.
Pues bien, como reza la máxima de la navaja de Ockham, en igualdad de condiciones, cuando dos teorías tienen las mismas consecuencias, la teoría más simple tiene más probabilidades de ser la correcta.
Y así ha sido. Al final, el problema procedía de un fusible quemado. Además, según el mecánico, el fusible estaba quemado por viejo. Sin comentarios…
Hemos pasado el resto de la tarde en Palencia, viendo la final de la Copa del Rey con mis padres y hemos vuelto a Valladolid, más felices que unos regalices.