Ayer por la noche decidimos seguir con la saga Millenium, viendo la segunda parte.
La chica que jugaba con fuego
«La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina» («Flickan som lekte med elden«, es decir, «la chica que jugaba con fuego«) es una película del año 2009 basada en la segunda parte del mismo título escrita por Stieg Larsson.
Sinopsis
En esta segunda entrega, Lisbeth Salander se convierte en la mujer más buscada del país en el momento en que sus huellas aparecen en el arma homicida utilizada para asesinar a dos colaboradores de Millennium, que estaban a punto de sacar a la luz un escándalo sobre el comercio sexual en Suecia.
A ello hay que añadir el historial de comportamiento vengativo e impredecible de Lisbeth que, tras la persecución, decide desaparecer.
Mientras, Mikael Blomkvist, editor jefe de Millennium, no cree lo que se dice en las noticias y sabiendo que Salander es agresiva cuando se siente amenazada, está desesperado por encontrarla antes de que la acorralen.
En su búsqueda, Blomkvist destapa algunos datos desgarradores sobre el pasado de Salander.
La confirmación de Lisbeth como la gran protagonista
Si en la primera entrega de Millenium era Lisbeth la que ayudaba a Mikael a demostrar su inocencia en el asunto de la difamación, en esta segunda parte es Lisbeth la que se ve acosada por su pasado y ese turbio asunto en que quemaba a alguien con gasolina.
El ambiente, los escenarios, la fotografía y la dinámica de la película son similares a su predecesora, aunque esta segunda se nos antoja algo más plana y, en algunos casos, increíble.
Aún así, estamos ante otro buen ejemplo de cine europeo de calidad, que sigue arriesgando.
Más violencia
Si en «Los Hombres Que No Amaban a las Mujeres» eran numerosas las escenas de contenido extraordinariamente violento y sexual, no menos fuertes son las de esta segunda parte, sobre todo en lo referente a la violencia, que roza el gore.
En cuanto a las localizaciones, en esta segunda parte se incide más en los planos de ciudades, especialmente Estocolmo, pero también Göteborg, así como en ambientes rurales.