Hace unos días, mientras celebrábamos el día de los Reyes Magos, pudimos ver en la tele que se hablaba de Tsutomu Yamaguchi.

Para quien no lo sepa, Tsutomu sufrió la primera bomba atómica en un viaje de negocios. Poco después regresó a su casa y fue testigo de la segunda explosión.
Pues bien, parece ser que la noticia era que el señor Yamaguchi había fallecido.
Hasta ahora, Tsutomu Yamaguchi ostentaba el «récord» de ser el único superviviente «oficial» de las dos bombas atómicas (sobre Hiroshima y Nagasaki) que se lanzaron en Japón durante la Segunda Guerra Mundial, por lo que, como superviviente a la radiación atómica, había sido nombrado hibakusha, condición que permite a los ciudadanos japoneses disfrutar de ciertas ventajas, como someterse a exámenes médicos gratuitos o tener cubiertos los costes de su funeral cuando fallezcan.
Que descanse en paz el último superviviente de aquella hecatombe.



