Acabamos de volver al trabajo tras el descanso diario de café.
¡Qué diferente se ve hoy todo!
Hace una semana, la mañana era gris, lluviosa, deprimente.
Nos encontrábamos muy alterados por las noticias que nos llegaban de Japón sobre el reciente terremoto registrado en la costa noreste del país; enganchados al twitter, a facebook…
Hoy, en cambio, la mañana es luminosa, primaveral. Reina el optimismo.
Esto nos hace reflexionar sobre la importancia de que la catástrofe sucedida en Japón hace una semana no quede en el olvido.
Los medios de comunicación han dejado de hablar de Japón y han centrado su atención en Libia.
Qué triste es que el terrible terremoto de Sendai y el posterior tsunami, que arrasó decenas de pueblos y segó la vida de muchos miles de personas se haya quedado en tan solo unos cuantos titulares sensacionalistas.
Como decía 由香里, mucha gente está convencida de que Japón es un país rico que apenas necesita ayuda.
Nosotros podemos afirmar que no es así.
La zona arrasada por el tsunami era tan «rica» como cualquier zona rural española.
Por favor, ¡que no se olvide esta catástrofe!