Ayer por la noche tocaba sesión cinematográfica y algo de esparcimiento.
El clima ya se va pareciendo mucho al de verano y comienza a apetecer un poco más salir por la noche, sobre todo si es en muy buena compañía, como la de Javi y Silvia, y si además la excusa es cena y cine. Y eso que todavía arrastrábamos el cansancio del festejo del cumpleaños de Carlos la noche anterior…
Dado que la sesión de cine comenzaba a eso de las 22:30, habíamos quedado a las 21:00 en la puerta del cine con la intención de comprar anticipadamente las entradas para la segunda entrega cinematográfica de «Sexo en Nueva York», cosa que no hicimos porque nos cerraron la taquilla en las narices.
Por cierto, mientras esperábamos a Javi y Silvia, apareció un grupo de ciclistas montados en curiosas bicis, que todavía no sabemos que intención tenían…
El plan era cenar algo antes de entrar a ver la película que, por cierto, pudimos saber un poco antes que era larguísima (2 horas y media).
Lo primero que hicimos fue entrar en «Los Zagales» a degustar alguno de los pinchos que en los últimos meses les han hecho ganar varios premios gastronómicos. Nos decantamos por uno llamado «Madrid fusión» o algo así, luego el «Obama en la Casa Blanca» y también uno muy estrambótico que recibía el nombre de «Aromas».
Además de los estupendos sabores de las tapas, cada una tenía su propia presentación espectacular. Así, la de «Obama en la Casa Blanca» se tomaba en unas copas con tapa en forma de ¡teta!
Aunque, si de presentación extravagente se trata, la tapa «Aromas» ¡¡ se llevaba la palma !!. Parecía un brebaje de una bruja.
Aquí puede verse el aspecto que tenía:
Por desgracia, nos tocó la camarera más imbécil del local, que nos sirvió con una desgana impropia incluso para el carácter recio de los castellanos. En fin, qué le vamos a hacer…
Mientras degustábamos los barrocos bocados, estuvimos poniendo al día a Silvia sobre el «asunto del año» y demás.
Después entramos en el cine a ver «Sexo en Nueva York 2».
Al salir, decidimos buscar un sitio para comer algo más y acabamos comiendo una hamburguesa al lado de la iglesia de San Benito.
Como a esas horas no soportábamos entrar en ruidosos discobares, acabamos tomando una sofisticada copa en La Tertulia, un interesante local de ambiente muy amistoso situado en nuestro querido Pasaje Gutiérrez, que tantos buenos momentos nos ha hecho pasar; daikiris y mojitos para acabar la noche.