Hoy se cumple un año de nuestra tensa visita a Ciudad Juárez, cuando cruzamos la frontera de Texas (Estados Unidos) con México.
Precisamente, el pasado 30 de julio estuve viendo, de madrugada, la reposición de uno de los dos documentales que el periodista Jon Sistiaga rodó para televisión (Canal Cuatro) sobre la violencia de los narcos en las ciudades más peligrosas de México: Sinaloa, Tijuana, etc, titulado «Alfombra roja para los muertos«.
Y aunque ha pasado un año, la violencia continúa allí.
Al menos, eso sabemos por las noticias, pues hoy mismo hemos vuelto a desayunar con más noticias sobre asesinatos allí.
Desde que visitamos la penosa ciudad de Juárez, no hemos parado de conocer nuevos asesinatos relacionados con el mundo del narcotráfico.
A lo largo de nuestra ruta por el oeste de Estados Unidos, numerosas personas nos advirtieron del peligro de cruzar hasta Juárez, aunque en todo momento pensamos que se trataba de la exageración propia de gente que tenía la enorme suerte de vivir en un país tranquilo y desarrollado como Estados Unidos, frente al subdesarrollo, la marginalidad y la violencia del país de Pancho Villa.
Nada más cruzar la frontera empezamos a ver con claridad que lo que nos habían dicho era completamente cierto. Juárez está arrasada por el terror del narcotráfico.
Y es que, así es Ciudad Juárez.