Ayer por la noche fue un momento memorable.
Invitamos por primera vez a nuestros vecinos a casa.
Estuvimos charlando de nuestros viajes y de otras cosas.
Fue magnífico que se encargaran de cuidar nuestra casa durante el último viaje a Japón y les debíamos, al menos, una invitación.
Es fascinante hablar con gente que sabe preguntar y con las que tenemos intereses comunes.
Esta mañana, desayunando, hemos puesto la tele y estaban emitiendo algunos episodios de la última temporada de «Cómo Conocí a Vuestra Madre«.
¡Cuánto tiempo!
Tras la saturación que sentimos por esta serie los últimos años, esta vez ha sido diferente.
Ha sido redescubrir una serie de calidad.
Y además, los episodios de hoy eran nuevos para nosotros porque la última temporada realmente no llegamos a verla entera cuando se emitió por primera vez en España (creo que en 2014).
¡Madre mía! ¡Cuántas veces hemos visto esta serie!
Y ¡qué nostalgia!
Recuerdo vivamente las tardes en las que veíamos los episodios de las dos primeras temporadas, justo después de viajar por primera vez a Nueva York.
Y cómo seguramente tuvimos en mente esta serie cuando viajábamos por Nueva York las dos siguientes navidades.
La verdad es que los guionistas de esta serie eran unos verdaderos genios y crearon algo bello y misterioso. Lleno de encanto.
Mucho más que una serie de usar y tirar.
Creo que me apetece retomar la última temporada de «Cómo Conocí a Vuestra Madre» y acabar de verla.
Es momento de cerrar otro círculo.