Ayer por la noche, finalmente, regresamos a casa tras un periplo de Semana Santa que comenzó el pasado miércoles 1 de abril, cuando salimos de Valladolid y llegamos hasta Seseña (Toledo).
Posteriormente, nos desplazamos en coche hasta Cerdanyola de Vallés (Barcelona).
Estas vacaciones han supuesto un recorrido total de 1.085,8 millas (1.747 kilómetros) que nos han permitido disfrutar de familia y amigos.
También han sido toda una experiencia tras el choque múltiple del que salimos indemnes, de milagro, a la altura de Guadalajara.
Pero, sobre todo, ha sido una experiencia vital, en la que, poco a poco, aprendemos a ver la vida de la manera que mejor se ajusta a nuestros gustos.
Como pequeño «daño colateral», a lo largo del viajes de vuelta sentí un creciente dolor de garganta, por lo que tuve que echar mano de remedios caseros.
He de decir que hoy ya me encuentro mejor.