A pesar de tener un montón de trabajo hasta el último momento, dentro de apenas media hora, Raquel vendrá a buscarnos en su coche para llevarnos al aeropuerto, donde cogeremos un vuelo a Barcelona; quizás el más barato que hayamos comprado hasta la fecha. Tan solo 30 euros (ida y vuelta).
Tras el plan de enero, que al final decidimos no llevar a cabo, ya nos iba apeteciendo cambiar de aires.
Además, va a resultar que tenemos suerte, porque las predicciones de los meteorólogos apuntan a que habrá lluvia en Castilla y León durante toda la Semana Santa…
Ya nos apetece volver a recorrer las calles del Barrio Gótico y el puerto.
Este año no tenemos pensado visitar ningún monumento, porque ya lo hicimos el año pasado.
De hecho, no tenemos más planes que el hecho de estar por allí, relajados, y salir con nuestros amigos de cena o de tiendas.
En fin, dejo de escribir, que tengo que ir apagando el ordenador.