Ayer por la noche, nos fuimos con nuestra amiga Raquel a disfrutar de la magia del cine.
Hacía meses que estábamos esperando a que se estrenara «Furious 7» (2015), la que, por desgracia, podría llegar a ser la última entrega de una saga que lleva emitiéndose casi 15 años.
Un estreno agridulce
La película viene precedida de la triste noticia de la desaparición de Paul Walker el pasado 30 de noviembre de 2013.
No podemos negar que la sensación de cierta tristeza nos ha acompañado a lo largo de toda la película.
Sinopsis
La «familia» formada por Dominic Toretto, Brian O’Conner y el resto de personajes, vive tranquila tras acabar con Owen Shaw y su equipo. O’Conner y Mia, además, viven una nueva y tranquila vida como padres.
Pero llegan malas noticias. Han ha sido asesinado (¿qué pasó con Gisele?) y el agente Hobbs se encuentra internado en un hospital tras una pelea con el hermano mayor de Owen, Deckard Shaw (Jason Statham).
Toretto, O’Conner, Rome, Tej y Letty, quien aún arrastra las secuelas de su amnesia, se alían con un mercenario para rescatar a una hacker creadora de un programa que da acceso a todo dispositivo electrónico, y acabar así con Deckard Shaw.
Continuando y mejorando
Estamos ante un film de acción a gran escala, adecuadamente distribuida a lo largo de todo el metraje. Persecuciones a toda velocidad, impactantes y arriesgadas escenas (la escena del autocar está rodada realmente; no es un truco de ordenador)…
He salido del cine con la sensación de que su calidad es superior a alguna de sus predecesoras (la cuarta y la sexta partes, concretamente). Para la crítica especializada, se trata de la mejor película de la saga.
La producción de este film continúa con la tradición iniciada en «Fast & Furious 4«, con impresionantes escenas de acción de altísimo riesgo, exóticas localizaciones (aunque se ve a la legua que Azerbaijan es, en realidad, Pikes Peak, en Colorado) , y una lista de automóviles que quita el hipo.
Desfile impresionante de coches
El desfile de super coches es, si cabe, aún más impresionante que en entregas anteriores, marcando una frontera aún más clara entre los super deportivos contemporáneos y los clásicos muscle cars de Detroit.
Del enorme listado de coches que aparecen en la película, creo que, además del W Motors Lykan Hypersport de más de 3 millones de dólares, el protagonista es el maravilloso e impecable Plymouth Cuda de 1972 que conduce Letty.
Además de los impresionantes Dodge Charger de 1970 que luce Toretto, llama la atención el modelo de 1968 totalmente decapado que aparece en las escenas finales.
Unas lágrimas por Paul Walker
Por cierto, el guión fue adaptado tras el accidente mortal de Paul Walker y, sin duda, se trata de uno de los finales más emotivos que jamás hemos visto en el cine.
…Y, sí, lloramos al final de la película.
Un último comentario: si pensábais que la casa de Toretto en Echo Park (Los Angeles, California) fue destruida, tranquilos. Aún sigue en pie.
Actualización del 7 de abril de 2015:
Por cierto, un compañero de trabajo, que coincidió con nosotros ayer en el cine, acaba de comentarme que salió encantado y me ha hablado de una especie de trailer cómico de Dwayne Johnson. Una versión shoot’em up de Bambi:
Actualización del 8 de abril de 2015:
El estreno de Fast & Furious 7 está siendo todo un taquillazo. Quizás se deba, en parte, al morbo por la desaparición de Paul Walker…
Por cierto, Vin Diesel acaba de colgar un vídeo con la canción «See You Again» («Verte otra vez«) cantada por el rapero Wiz Khalifa y Charlie Puthuna, en homenaje a Paul, acompañado del mensaje:
Pablo, this weekend you turned the world into a family…
Thanks for the love…