Acabamos de tener una sobremesa de cine familiar.
Sinopsis
Big Foot y los Henderson («Harry and the Hendersons«, 1987) nos cuenta una increíble historia en que la familia Henderson, tras unos días de acampada y caza en el bosque, atropellan a un enorme, peludo y extraño animal, en su camino de vuelta a su casa en Seattle.
Tras algunos sustos y dudas, se dan cuenta de que se trata de un Sasquatch o «Big Foot«.
Pensando que la criatura está muerta, deciden llevarla a su casa pensando que quizás puedan ganar algo de dinero vendiéndolo. Pero no está muerto y, además, lejos de ser el monstruo feroz que temían, resulta ser un amistoso y hasta cariñoso gigante, aunque eso no evitará una sucesión de destrozos y de situaciones divertidas.
Una versión del mito de King Kong
En resumen, la enésima revisión del legendario King Kong, en tono de humor, pero tocando (quizás por primera vez en el cine) la leyenda del sasquatch.
Producción de Spielberg
La película está producida por el «Rey Midas de Hollywood«, Steven Spielberg, con el sencillo objetivo de divertir a toda la familia. No es más que eso, pero al fin y al cabo, brilla con esa magia especial de las películas familiares de los ’80.
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Merecido Oscar al mejor maquillaje
Kevin Peter Hall da vida a Harry, el big foot, y que ganó el oscar al mejor maquillaje, lo que no es de extrañar, ya que es de un enorme realismo. Curiosamente Hall, ese mismo año, tuvo que vestirse de otro monstruo ya mítico de la década, el «Depredador».
Otra criatura fantástica del cine de los ’80
Lo cierto es que Harry se ha convertido en una de esas creaciones fantásticas que nos vienen al recuerdo cuando pensamos en el cine de la década de los ’80, como sucede también con E.T., los Critters, los Gremlins, Johnny 5 o el depredador que acabamos de comentar.
Un reparto estupendo
Quizás, lo que más sorprende de la película, además de la caracterización de Harry, es el estupendo reparto, encabezado por el polifacético John Lithgow, y seguido de conocidas estrellas como el gran Don Ameche, y Melinda Dillon, que tan pronto nos divierte en comedias como protagoniza películas algo más agridulces, como «El Castañazo».
Además de la comedia en sí, los amantes de la naturaleza pueden disfrutar de algunas escenas de bosque realmente estupendas, rodadas en los fabulosos bosques que rodean Seattle.
El éxito de la película provocó una secuela en forma de apestosa e insoportable serie televisiva, «Harry y los Henderson», caramelizada en forma de 72 episodios, y emitida entre 1991 y 1993.
En fin, ni es una obra maestra ni pretende serlo, pero logra entretener al público más joven de la casa, mientras transmite un mensaje importante, como es el respeto a los seres diferentes y a la naturaleza.