Ayer por la noche vimos una de cine español.

Madrid. Un oscuro personaje, alcoholizado y demacracado, recorre los bares de la capital en busca de una última copa. Al final, se ve obligado a entrar en un prostíbulo, puesto que el resto de establecimientos están cerrados.
Allí, tras un desencuentro con una camarera y el dueño del local, este personaje, Santos Trinidad (José Coronado), acaba con la vida de tres personas.

Mientras tanto, la juez Chacón, encargada de la investigación del triple crimen, le sigue los pasos, sin saber que, lo que parecía un simple caso de tráfico de drogas es, en realidad, algo mucho más peligroso.
Siento decir que se trata de una película de la que esperábamos más.
Y no es que no nos haya divertido. Realmente es entretenida, pero la dirección deja bastante que desear.
Tras un comienzo impactante, la película comienza suávemente a decaer en una farragosa investigación policial desarrollada de una manera lenta y muy confusa, en la que se echan de menos más escenas salvajes, duras, impactantes.
Y es que, lo que esperábamos, a tenor de lo que el trailer promocional mostraba, 
Pero lo que más me cabrea es que el director desaprovecha el enorme potencial de Santos Trinidad y José Coronado. Podríamos haber estado ante un gran film de cine negro, pero se queda a medio camino entre varios enfoques mal desarrollados.
No obstante, es una película con una calidad que, a pesar de lo anterior, está por encima de la media del actual cine español.
De hecho, en el apartado técnico, se respira un nuevo estilo más hollywoodiense. Muy bien.
Recomendada.



