Gracias al twitter de Debitto, hemos podido enterarnos de un tema realmente interesante (fuente: Japonoticias).
Cambios en la atmósfera previos a un terremoto
Los análisis de los últimos grandes terremotos ya apuntaban un dato realmente estremecedor: unos días antes de un gran seísmo, la atmósfera sufre algunas alteraciones que son visibles desde el satélite o desde las estaciones de medición terrestre.
La NASA ha estudiado el terremoto del 11 de marzo de 2011 en Japón
El último caso, el terremoto de magnitud 9 de Japón del pasado 11 de marzo, uno de los más intensos de la historia, no es una excepción.
Un grupo de científicos de la NASA ha analizado los datos recogidos tras el terremoto de Sendai y ha encontrado cambios en varios parámetros físicos tomados unos días antes del desastre.
En concreto, el día 8 de marzo, tres días antes del terremoto, se produjo un rápido incremento en la emisión de radiación infrarroja cerca del epicentro, según los datos del satélite. Otras mediciones indican que hubo una anomalía en la densidad de electrones.
Explicación científica
¿Cuál es la explicación? Los científicos creen que las fricciones bajo la superficie provocan una serie de corrientes en el subsuelo que, o bien alteran las cargas eléctricas, o quizás dejan escapar gases de procedencia radiactiva, como el radón, que alteran el equilibrio de electrones sobre el epicentro.
De momento, el sistema no permite detectar estos fenómenos antes de que se produzcan, pero diversos laboratorios e instituciones de todo el mundo trabajan por avanzar en el conocimiento de estos mecanismos, con la esperanza de que algún día podamos detectarlos a tiempo y evitar catástrofes como la del pasado 11 de marzo…