En esta mañana fresca y soleada, teníamos pensado comenzar a hacer planes para el verano. Quizás un viaje. Quién sabe.
Pero desde que nos decidimos a comprar un nuevo coche, parece que todo se ralentiza.
Posponemos los planes sine die, y esto no puede seguir así.
Ayer por la tarde ya dijimos que hoy nos pondríamos manos a la obra a imaginar y planear lo que haremos en julio y agosto, pero ya es casi mediodía, y al final la mañana se ha quedado en lo que se suele quedar: desayuno muy largo viendo la tele, y luego, mucho rato respondiendo mensajes en las redes sociales y mirando tonterías en internet.
En cuanto al coche, cualquiera diría que nos hemos comprado al mismísimo KITT, porque todo son papeles, ajustes, presupuestos, pruebas y más pruebas…
Nos gusta mucho el coche que hemos elegido y pensamos que los esfuerzos merecen la pena, pero a veces, la espera es muy dura.
Lo que para otras personas supone un proceso de una semana como mucho (eso creo) para nosotros está llevando mucho más.
De todos modos, si las cosas salen como nos han prometido, tendremos el coche en nuestro poder el martes, o quizás incluso el lunes por la tarde.
Ya veremos…