Una nostálgica película sobre los ’80 para una tarde de domingo.
Acabamos de ver «The Suburbans» (1999).
Sinopsis
En 1998 Danny, Mitch, Gil y Rory, anteriormente conocidos como The Suburbans, una banda de un solo éxito y un solo disco que arrasó a comienzos de la década de los ’80, se reúnen para tocar en la boda de uno de ellos.
Tras el bolo, una prometedora joven ejecutiva de una compañia de discos (Jennifer Love Hewitt) se acerca a ellos y les sugiere la posibilidad de que vuelvan a reunirse para explotar la reunión comercialmente en un canal de pago por visión, dejando abierta la posibilidad de volver a los escenarios en función del éxito que su vuelta a los medios suponga.
A partir de ese momento surgen las dudas, los recuerdos y el choque entre la vida bohemia que llevaban casi veinte años antes, con la vida familiar de clase media y barrio residencial de la actualidad.
A vueltas con el revival de los ’80
Esta película, perteneciente a la primera andanada de productos audiovisuales que buscan explotar el revival de los ’80 (obsérvese que es de 1999) no consigue exprimir ni una centésima parte del potencial que parece sugerir.
Muy prometedora…
El argumento del film parece presagiar que nos encontraremos una fabulosa comedia llena de gags y estereotipos divertidos sobre la década de los ’80, nostálgica y entretenida, pero al cabo de poco más de media hora, la película comienza a hacernos perder el interés y la paciencia.
Los rayos de esperanza y curiosidad respecto al argumento se convierten poco a poco en nubarrones de película de ritmo lento, pesado y, sobre todo, anodino como pocas películas hemos podido ver, aunque el final es todavía más soso y desesperante.
…pero finalmente un truño
Definitivamente, estamos ante un truño de dimensiones históricas.
¿Lo mejor? la aparición del siempre divertido Ben Stiller y de la guapísima Jennifer Love Hewitt, además de un cameo de los míticos A FLOCK OF SEAGULLS.
¿Lo peor? como podrás imaginar, lo peor de esta película es la propia película.
Definitivamente, estamos ante un auténtico truño.