A lo largo de los últimos días hemos ido conociendo noticias sobre Japón que dejan la puerta abierta a la esperanza.
Primero fue el control casi total de la situación de la central nuclear de Fukushima, y ayer conocimos otra noticia, a través de twitter, que nos demuestra, una vez más, que Japón es un país de personas muy trabajadoras, responsables, que trabajan por su país.
Y es que, a pesar de las magníficas infraestructuras del país nipón, el terremoto de una intensidad récord de 9 puntos en la escala Richter fue demasiado para ser soportado por algunas obras de ingeniería.
Ese es el caso de un tramo de la Gran Carretera de Kantō a su paso por Naka, partida en dos por un enorme cráter de 150 metros abierto tras el seísmo del día 11 de marzo.
Pero gracias al tesón y profesionalidad de los trabajadores, muchos de los cuales comenzaron a trabajar el mismo día siguiente a la catástrofe, se consiguió que esta carretera quedara arreglada en tan solo seis días, desde el 17 de marzo hasta el 23, cuando se abrió al tráfico.
El triunfo de la ingeniería japonesa.
¿Cuánto habrían tardado en hacer una reparación semejante los ingenieros y obreros españoles?
Fotografías del 17 de marzo (arriba) y del 23 de marzo (a la izquierda).
Autor: AP a través de The Daily Mail