El 17 de abril de 1964 se presentaba en el Salón de Nueva York el deportivo Ford Mustang. Las cifras de este modelo clásico son apabullantes: 45 años fabricándose, cinco generaciones de este modelo desarrolladas y más de nueve millones de unidades vendidas, lo que le coloca como el segundo modelo con más éxito después del Ford T, el modelo más representantivo de Ford.
La historia del Ford Mustang, el «pony car» más famoso del mundo
El Mustang es el símbolo de los «pony cars«, las versiones deportivas de los compactos norteamericanos anteriores a la crisis del petróleo de 1973 y protagonista de muchas road movies.
En 1954 Ford presentó el Thunderbird, que era prácticamente un roadster europeo y que nació para competir directamente con el Chevrolet Corvette, el clásico superdeportivo estadounidense.
Este famoso deportivo aparece en la película «Thelma y Louise«, donde las protagonistas conducen un Ford Thunderbird de 1966.
El Thunderbird caló hondo en los clientes de la época, pero a comienzos de los años 60 comenzó a perder atractivo. Dado este motivo, Lee Iacocca, presidente de Ford Motor Company comenzó, junto a su equipo de Ford, a diseñar al sustituto del Thunderbird, el cual debía superar los estándares de este vehículo.
El automóvil fue diseñado sobre la base mecánica del Ford Falcon de forma que las piezas de transmisión y suspensión no tuvieron que crearse de cero sino que simplemente se adaptaron al nuevo chasis.
El fichaje de Carroll Shelby y el comienzo del mito
Sin embargo, los máximos gerifaltes de Ford querían ver a su Mustang compitiendo directamente con sus rivales en un circuito profesional.
Para ello reclutaron a Carroll Shelby (ex-corredor que fabricaba prototipos de carreras y competición conocidos como Cobras) quien ya tenía algún contacto de negocios con Ford Motor Company. Así surge, en 1965, el fastback como un tercer tipo de carrocería para el Ford Mustang, la carrocería base sobre la cual se creará el Shelby GT350.
Los diseños originales del Ford Mustang fueron un éxito, pero el modelo que ha perdurado como un clásico de la familia Mustang es, sin duda, el Ford Mustang Shelby GT500.
Una de estas maravillas aparece en la película 60 segundos, en la que Nicolas Cage roba el famoso «Eleanor», un Ford Mustang Shelby GT500 de 1967.
Con Carroll Shelby al frente del programa de carreras de Ford, se hicieron famosas las distintivas bandas blancas que cruzaban a sus coches modificados como el también famoso Ford GT40.
El modelo de 1967 es considerado por muchos como el mejor diseño de Mustang de esa época, y tal vez de todas. En ese sentido el Mustang 2005 y 2006 que tanta aceptación ha tenido se ha basado en los parámetros de diseño del modelo de 1967.
Tiene una presencia más agresiva y se le agregaron elementos importantes. Ese mismo año salió a la venta el Shelby GT500 impulsado por un gran motor V8 de 355 caballos de potencia.
Buena parte de culpa de la historia de este mito la tiene la primera generación del Mustang lanzada en 1964.
Este modelo se convirtió en toda una estrella desde su lanzamiento puesto que coprotagonizó junto a James Bond y Steve McQueen películas como Goldfinger o Bullit.
Años ’70: el Mustang pierde músculo
La segunda generación, producida entre 1974 y 1978, llegó en plena crisis del petróleo, lo que obligó a los responsables de la firma del óvalo a descartar los motores de gasolina de ocho cilindros en V hasta 1975.
Con la tercera generación (1979-1993), en cambio, Ford buscó un mayor protagonismo de la comodidad. Por ello, el Mustang, basado en la plataforma Fox, presentaba un interior más amplio, en el que tenían cabida cuatro personas.
La cuarta generación, que se comercializó entre 1994 y 2004, supuso el mayor rediseño realizado por Ford en el Mustang.
Año 2005: la vuelta al diseño retro
Por último, la quinta generación es nuevamente un cambio drástico en el Mustang. A diferencia de las demás generaciones, Ford utiliza las fortalezas de la primera generación en su diseño y crea un auto auténticamente retro.
El modelo de quinta generación fue presentado en el Salón de Detroit de 2004. En esta muestra norteamericana, Ford daba a conocer la quinta generación del Mustang, que contaba con un diseño nuevo y una gama de motores que comenzaba en los 210 caballos.
Mecánicamente el Mustang se ofrece con un motor V6 de 4 litros de capacidad y 202 caballos de potencia para la versión básica y la versión V8 de 4.6 litros de capacidad con 300 caballos de potencia; con este motor el Mustang es capaz de acelerar de 0 100 km/h en alrededor de 5,2 segundos con transmisión manual. A mediados de 2006 apareció la versión Shelby Cobra/SVT con un motor V8 supercompresor y con 5,4 litros, 32 válvulas y una potencia de 500 CV acoplado a una transmisión manual de 6 velocidades. Con este motor el Shelby GT500 es ahora capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos y alcanzar una velocidad máxima limitada de 250 km/h (155 mph).
El año pasado, coincidiendo con el 40 aniversario de la película «Bullitt» se reeditó, en una revisión moderna, el coche que Steve McQueen condujo en aquella mítica película.
Cinco años después, en enero de 2009, y en este mismo salón, Ford dió a conocer el último Mustang conocido.
Se trataba de la versión GT500, un deportivo muy musculoso con un motor de gasolina con ocho cilindros en V y la escalofriante cifra de 540 caballos.
Casi parece una aberración el seguir fabricando este tipo de coches que presentan un alto consumo de carburante, en una época en la que lo que prima son los coches más eficientes en consumo, así como de mayor rentabilidad para los fabricantes.
No obstante, el emblema de Mustang tiene tan buena imagen de marca que probablemente Ford mantenga pequeñas acciones de marketing como la del 45 cumpleaños para que el caballo salvaje no deje nunca de galopar.
Con motivo del 45 aniversario del lanzamiento de este coche, uno de los clubes más importantes de Estados Unidos ha reunido a miles de seguidores, en la localidad estadounidense de Birmingham, para rendir tributo a este clásico, el Barber Motorsport Park de Birmingham, para poder ver de cerca los casi 2.500 Ford Mustang allí concentrados.