Ayer por la noche decidimos ver una película legendaria.
Hasta hace una década, la película «Bullitt» (1968), seguramente, no era tan famosa como lo es ahora.
Sinopsis
Frank Bullit es un teniente de la policía de San Francisco al que un político ambicioso le encarga el trabajo de proteger a un testigo perseguido por el Sindicato del Crimen de Chicago.
Lo que, a priori, parece un trabajo relativamente rutinario y sencillo, se complica y Bullitt descubrirá la complicada trama que esconde este asunto.
La famosa escena de la persecución
Por alguna razón, cada vez son más los comentarios y fragmentos de vídeo de la famosa persecución de esta película que van apareciendo en internet.
No somos capaces de adivinar el motivo que ha hecho que esta película, casi olvidada hace una década, haya recuperado toda la popularidad de la que gozaba, seguramente, a finales de los ’60 y principios de los ’70.
El Ford Mustang gana popularidad
Quizás tras la aparición de la nueva revisión del Ford Mustang y de la creciente profusión de programas de televisión dedicados al mundo del motor («Pimp My Ride«, «Top Gear«, «Street Customs«, «Overhaulin»«, etc), la película de 1968 protagonizada por Steve McQueen se ha convertido en todo un estereotipo de las películas de coches y persecuciones en general, y de las películas que aparece un Ford Mustang en particular.
Otra posible explicación podría encontrarse en el estreno de «Death Proof» de Tarantino, en la que se hace referencia a numerosas películas de coches.
Aunque, en realidad, no importa el por qué. Lo cierto, es que Bullitt es una película interesante, con argumento y, sobre todo, con mucho encanto.
¿Por qué tiene ese encanto? por varias cuestiones:
- está protagonizada por uno de los actores con más personalidad de la historia: Steve McQueen.
- incluye una de las escenas de persecución de coches más famosas de la historia del cine.
- se desarrolla en San Francisco, una de las ciudades con más encanto del mundo, siempre con el Golden Gate o el Bay Bridge al fondo; y además, a finales de los ’60, una época en la que todo era más guay.
- la música que acompaña toda la película es de Lalo Schifrin, un genio que revolucionó el mundo de la música de cine, con ese sonido jazzístico que le da un aire misterioso e intrigante
Justamente, casi todos esos elementos son coincidentes con las películas de Harry Callahan, que son toda una leyenda.
El blog La Cinta de Moebius ahonda en muchos y muy interesantes detalles del rodaje:
Una de las razones por las que Yates había querido rodar fuera de Los Ángeles es porque todas las historias policíacas de Hollywood parecían tener lugar allí. Por razones presupuestarias tampoco podían irse demasiado lejos. Y para lo que McQueen quería para su escena automovilística una ciudad como San Francisco, con sus calles serpenteantes, sus cambios de rasante y sus cuestas, se antojaba perfecta. De hecho se antojaba tan perfecta que resultaba extraño pensar en que a nadie se le hubiera occurido rodar allí antes alguna persecución de coches. Pero lo que la estrella tenía en mente no se parecía a ninguna persecución de coches que uno hubiera podido ver en las películas.
La escena de la persecución del Mustang es tan estereotípica que incluso Sheryl Crow, en un éxito suyo de 2002 titulado «Steve McQueen» rememoraba dicha persecución en el videoclip que acompañaba la canción.
Por cierto, aquí puedes leer más datos sobre el Mustang de Bullitt.
Aunque hemos de reconocer que nos encanta el maravilloso Ford Mustang 390 GT 2+2 Fastback de 1968, elegimos el «coche malo», el Dodge Charger R/T 440 de 1968 (por razones obvias, jeje)