Esta mañana, viendo las noticias de televisión mientras desayunábamos, como hacemos cada día, ha aparecido una imagen del baile final de la película «Dirty Dancing» en la que Patrick Swayze bailaba sensualmente con Jennifer Grey.
Inmediatamente ha venido la explicación a esas imágenes: Patrick Swayze, de 57 años ha muerto tras sufrir durante unos meses un cáncer de páncreas.
La verdad es que he de confesar que me resulta curioso que, a medida que escribo estas líneas, me vienen a la mente imágenes de sus películas más famosas mientras las conocidísimas canciones «(I’ve Had) the Time of my Life» y «Unchained Melody» (que sirvieron de banda sonora para sus películas) suenan en mi cabeza y todo ello me provoca una pena mayor de lo que habría imaginado.
Quizás es el sentimiento hacia alguien que se va o quizás es es ese dolor que siento cada vez que la muerte de alguien me recuerda que el tiempo pasa y que algunos de los mejores momentos de nuestra vidas son ahora apenas recuerdos, aunque imborrables, de nuestra inocencia.
Nacido el 18 de agosto de 1952 en Houston, Texas (EEUU), hijo del delineante Jesse Swayze y de la coreógrafa Patsy Swayze, de quien heredó su amor por la interpretación, Patrick iba en principio para atleta pero una lesión de rodilla le obligó a cambiar de sueño.
Fue, sin duda, uno de los actores de referencia del Hollywood de los ’80 y ’90, mientras su imagen llenaba millones de carpetas de adolescentes de la época.
Debutó en el cine en la película «Skatetown, U.S.A.» (1979), y se estrenó en televisión con la serie «»(1985), si bien su rango de estrella se lo ganó con «Rebeldes» («Outsiders») (1983) del director Francis Ford Coppola.
En 1984, junto a un jovencísimo Charlie Sheen, protagonizó «Amanecer Rojo» («Red Dawn») que tendría una secuela en 1986 en la que participaría también su esposa, Lisa Niemi.
Su rostro comenzaba a hacerse popular cuando firmó con la miniserie de televisión «Norte y Sur«, un drama de John Jakes en el que compartía cartel con Kirstie Alley y el también fallecido David Carradine.
Su salto definitivo a la fama llegó con la película «Dirty Dancing» (1987) un filme de bajo presupuesto del que no se esperaba una gran acogida. En lugar de eso se convirtió en un sorpresivo triunfo en la taquilla estadounidense y ganó 214 millones de dólares en todo el mundo, convirtiéndose en una cinta que marcó una generación y que todavía hoy cosecha éxitos.
Al exitazo de la película de baile, le siguió otro récord de taquillas que lanzó al estrellato a una jovencísima Demi Moore: «Ghost: más allá del amor«, protagonizada por Swayze, Moore y Whoopi Goldberg.
El filme acaparó incluso más atención y logró más de 217 millones de dólares en la taquilla de Estados Unidos. En todo el mundo, la película recaudó 505 millones de dólares, por no mencionar que también se convirtió en un clásico de los años ’90.
En 1991 actuó en otro exitoso filme ambientado en el mundo del surf y titulado «Le Llaman Bodhi» («Point Break»), donde compartió protagonismo con Keanu Reeves. El tándem Keanu Reeves y Swayze haciendo surf en las playas de los Ángeles en una película en que se cuestiona la legalidad y la lealtad fue infalible.
El cambio de milenio no le trajo mejor fortuna y su carrera se quedó en una segunda línea en Hollywood, a pesar de rodar trece películas y compaginar su tiempo con apariciones en la pequeña pantalla.
Su último trabajo para el cine fue «Powder Blue» (2009).
Swayze se había convertido al budismo al igual que otras estrellas de cine y vivía en un rancho a las afueras de Los Angeles rodeado de animales, donde tenía gimnasio y un estudio de grabación donde componía sus propias canciones.
Aquí podéis ver una entrevista a duo a Patrick Swayze y Keanu Reeves con motivo del estreno de la película «Le Llaman Bodhi» («Point Break»):
Esta noche rendiremos un homenaje a este gran actor y bailarín viendo una de sus películas.
Descanse en paz.