Ayer volvimos a ver una de mis películas fetiche.
Nos referimos a «El Mariachi« (Robert Rodríguez, 1992).
Sinopsis
Un mariachi se dirige caminando por la carretera solo, sin más compañía que la de su guitarra.
Tras muchos kilómetros de desierto y asfalto, llega al pueblo de Piedras Niegras (Coahuila, México), en busca de una oportunidad para trabajar cantando en algún local con encanto.
Nunca se imaginó que, lo que en principio parecía un pueblo acogedor y amigable, le llevaría, accidentalmente, a verse envuelto en un turbio asunto de dinero, drogas, mafia y asesinatos, al ser confundido con otra persona de aspecto similar al suyo que portaba también un estuche de guitarra, pero lleno de armas.
En la constante persecución de unos a otros, se encontrará con numerosos asesinos a sueldo, camareros maleducados, y una guapa chica. Se trata de un juego de supervivencia.
Un film de culto con el presupuesto más bajo
Esta película, considerada de culto, adquirió una fama notable desde el primer momento por un motivo curioso: el rodaje completo costó 7.000 dólares. Aunque, en mi opinión, hubo otro motivo que, casi por casualidad, lanzó a esta película y a su director, Robert Rodríguez, a la fama: estábamos en los años ’90, una década que, en lo cinematográfico, vivió una gran revolución de directores, formatos y guiones, entre los que destacó Quentin Tarantino.
Entretenimiento con regusto a serie B
Me atrevo a decir que, en esa década, los espectadores estábamos ávidos de nuevas sensaciones. El Mariachi era algo así como la versión mexicana de alguna película que quizás Tarantino tuvo en mente alguna vez. No es casual que, posteriormente, entre Rodríguez y Tarantino se creara una entente muy fructífera.
La filmografía de Robert Rodríguez tiene una clarísima y casi única intención: entretener.
Al igual que su amigo Quentin Tarantino, es un amante del collage visual, narrativo y argumental. En sus películas se observan siempre influencias del cine de serie B, de los comics (especialmente de los de carácter underground), el western, el cine negro, la comedia adolescente, lo kitsch y mucho mucho retro.
Todo ello, mezclado en un batido caótico y sin prejuicios que divierte e intriga.
7.000 dólares para el éxito
El Mariachi, la primera película de un joven Robert Rodriguez, se rodó con tan solo 7.000 dólares de presupuesto; un dinero que, por cierto, consiguió dejándose hacer pruebas farmacológicas en un laboratorio.
Desde la primera vez que vi el trailer en Canal+ (allá por el año 1995, si no recuerdo mal) quise ver esta película, así que le pedí a un vecino que tenía ese canal, que me la grabara.
Lo que más me fascina del film, además de su reducidísimo presupuesto, es el excelente trabajo de montaje y producción que hizo el equipo.
Con unos medios que actualmente resulta irrisorios, Robert Rodriguez consiguió un resultado impactante, muy pulp, muy underground, muy de cortometraje.
La película nos muestra una imagen de México que, aunque pueda parecer un tanto exagerada, quizás no lo es tanto si has visto lo que nosotros hemos visto.
Por cierto, la moto que luce el mariachi al final de la película es una Kawasaki GPZ900R Ninja de 1989, la misma moto que, curiosamente, lució Tom Cruise en Top Gun.
me encanta esta película, es un gran ejemplo de que en el cine mexicano se pueden hacer grandes cosas, esta película no esta muy seguido en la Programación de TV pero sin lugar a dudas se merece los premios internacionales que ha ganado.