Esta tarde hemos aprovechado a ver (o «revisar» como dicen los pedantes) uno de los más grandes clásicos del cine de ciencia ficción, El Planeta de los Simios, una película basada en la novela «Le Planete des Singes», escrita por Pierre Boulle.
Realmente, poco podemos contar de esta película que no se haya dicho ya y, con toda seguridad, no habrá un solo lector de este blog que todavía no la haya visto.
Sinopsis
En el año 3978 una nave espacial procedente de la Tierra realiza un aterrizaje forzoso en un planeta desconocido. Los astronautas, al mando del coronel George Taylor (Charlton Heston) inspeccionan los alrededores y descubren que en este planeta los seres inteligentes (y la especie dominante) son unos simios que, según las características físicas, cumplen diferentes roles sociales (los chimpancés, como civiles, los gorilas, como militares, y los orangutanes como sabios, religiosos y políticos).
Los humanos de ese mundo, en cambio, tienen facultades sociales muy poco desarrolladas, son incapaces de hablar y son cazados en batidas militares y tratados como ganado por los simios dirigentes.
Ciencia ficción extraña y deprimente
Recuerdo cómo me llamaba la atención, cuando era pequeño, lo extrañas que eran las localizaciones de la película y el demencial comportamiento de los simios.
Quizás, una novedad (que como veremos más adelante fue fruto del bajo presupuesto) fue dibujar un futuro mezclado con lo cavernícola, justo al contrario de lo habitual en el cine de ciencia ficción de la época.
La revisión de Tim Burton
La nueva versión que presentó uno de mis directores favoritos, Tim Burton, en el año 2001 corrió el peligro de engrosar la lista de «revisiones más odiosas de la historia del cine» si no fuera porque se trata de una magnífica versión que, sin estar por encima de la original, mantiene ese ambiente claustrofóbico y decadente de la primera así como un impactante final, que a día de hoy todavía no acabo de entender (agradecería a algún lector que me lo explicara en la sección de comentarios, por favor).
La amenaza del holocausto nuclear
Pero volviendo a la versión que nos ocupa, la película constituye una cruda mirada sobre la naturaleza humana, considerándola capaz de conducir al exterminio a toda la civilización.
Es importante, para comprender adecuadamente la temática del film, recordar que fue rodada en plena guerra fría, días en que la amenaza de un holocausto nuclear amenazaba a la población mundial a partir de la escalada armamentística de las dos potencias mundiales de la época: Estados Unidos y la Unión Soviética.
Aquí puede verse el fantástico (y mítico) final de la película. Si todavía no la has visto (cosa rara) te advertimos de que no es recomendable ver el final.
Datos curiosos sobre el film
Algunas curiosidades de esta magnífica película:
1) En la primera proyección pública de la película asistieron todos los protagonistas de la misma, encabezados por Charlton Heston, quien al entrar en la sala se encontró con una actriz menuda que le abrazaba efusivamente… sin tener ni idea de quién era.
¡Chuck, soy Kim!
le dijo, al notar su sorpresa.
¡Kim Hunter!
No era otra que la intérprete de la Dra. Zira en la película, a la cual Heston nunca había visto su auténtica cara porque a lo largo de todo el rodaje iba caracterizada de simia.
2) A Charlton Heston (Taylor) y al director Franklin J. Schaffner se les ocurrió la idea de que los tres simios presidentes del consejo se taparan los ojos, los oídos y la boca cuando Taylor estuviera compadeciendo en el juicio. Al final se incluyó en el metraje final.
3) En los créditos pone que Charlton Heston interpreta a George Taylor. Sin embargo el nombre George no es mencionado en toda la película.
4) Para la escena final se usaron dos tomas, una trasera, en la que se ve la corona y la antorcha, para la que se tuvo que construir una torre de 40 metros, y otra toma general de la estatua que tan sólo es un dibujo.
5) En la novela, los simios estaban tecnológicamente muy avanzados. Sin embargo, el presupuesto no podía reflejar el impacto visual y la magnitud de una sociedad futurista, así que se usó un retrato de una sociedad más primitiva.
6) Una escena eliminada del montaje final mostraba a Nova anunciando su embarazo. probablemente se eliminó por miedo a una crítica por actitudes zoofílicas.
7) Se tardaba alrededor de 6 horas en maquillar a un simio inicialmente, pero después, gracias a la práctica y al entrenamiento, se redujo el tiempo de maquillaje a 3 horas.
8) En un principio se iba a llamar «Monkey Planet» (¡qué horror!)
9) Existe un centro de recreo en Cabo San Lucas, Mexico que afirma que la escena final (donde Heston dice aquello de «¡malditos seais!») fue rodada en su playa. En realidad es mentira, ya que la escena fue rodada en Zuma Beach, en el Sur de California.
El comienzo de una saga
La saga continuó con las películas «Regreso al Planeta de los Simios«, «La Huida del Planeta de los Simios«, «La Rebelión de los Simios«, y «La Conquista del Planeta de los Simios«, de mucha menor calidad y argumentos cada vez más enrevesados, si cabe (sobre todo la última de ellas).
Localizaciones de rodaje
De la película destacamos, además de todo lo dicho hasta ahora, la localización del rodaje de las primeras escenas, durante el amerizaje y los primeros momentos en el «nuevo» planeta.
Todas esas escenas fueron rodadas en el pantano más grande de Estados Unidos, situado en Arizona (y no en Utah y Colorado, como se indica erróneamente en algunas páginas web) por el que ya hemos pasado en nuestro anterior viaje y en el que nos detendremos más la próxima vez que viajemos hasta allí.
Se trata de un lugar muy bien elegido para el rodaje, pues realmente parece un paraje marciano, debido a las extrañas formaciones rocosas de intenso color mezcladas con un hábitat desértico y un lago, lo que le da al conjunto un aspecto futurista y post-nuclear.