Por fin, tras salir pitando del barrio más chungo en el que hemos estado en mucho tiempo, avistamos de nuevo la torre del ayuntamiento. La vista que se tiene de la torre del Ayuntamiento desde Market Street circulando en sentido este-oeste es simplemente impresionante. Además, nos ha hecho saber que estábamos en el camino correcto.
Hacia el Independence Hall
Nuestra siguiente parada es el Independence Hall, un monumento nacional que alberga algunos tesoros de la historia de los Estados Unidos (sí, también sale en «La Búsqueda» de Nicolas Cage) y que es conocido (y estudiado) fundamentalmente como el lugar en el que se debatió y adoptó la Declaración de Independencia de los Estados Unidos.
Este preciosísimo edificio de ladrillo rojo es de estilo georgiano, como lo denominan aquí, aunque en realidad los europeos advertimos un regusto británico bastante barroco en la construcción.
Puede que os suene de algo este edificio. Quizás el motivo sea que el Independence Hall aparece en el reverso de los billetes de 100 dólares.
El Independence Hall es un lugar histórico por ser el edificio en el que se debatió y aprobó la Declaración de Independencia de los Estados Unidos.
Definitivamente, nos ha encantado el lugar. Es más, en ningún momento pensamos que fuera a sorprendernos tan gratamente este edificio como lo ha hecho. Sin duda, uno de los ineludibles de toda visita a Filadelfia.
Menores medidas de seguridad
Hemos conseguido entrar en el edificio sin problemas dado que, desde hace un año, han rebajado algo el nivel de seguridad, tras las fuertes medidas que implantaron tras el 11-S. Aún así, al llegar al interior, Pilar ha tenido que mostrar el interior de su bolso; pero bueno, cosa de nada.
En dicho edificio se conservan muchas reliquias de la historia constitucional estadounidense, como la copia original de la Declaración de Independencia, que resulta muy difícil de fotografiar debido a que no dejan hacer fotos con flash.
Ni que decir tiene que las medidas de seguridad son muy estrictas y puedes notar un ambiente de seguridad tenso, como si te encontraras en la mismísima cámara de seguridad de la Reserva Federal de Nueva York.
Lo que nos ha hecho mucha gracia es que las puertas del interior se abrían y cerraban solas cada vez que pasábamos. Suponemos que es la forma que han encontrado aquí de mantener el aire clásico en vez de sustituir las antiguas puertas de madera por unas automáticas de cristal o algo así. Ha sido de lo más gracioso ver cómo se abrían como si se tratara de una casa encantada. ¡La monda!.
Al lado se encuentra un pequeño museo, el Pabellón de Cristal, en el que se guarda la Campana de la Libertad (Liberty Bell), de 943 kg, que originariamente colgaba del campanario del Independence Hall.
Se trata de uno de los símbolos más importantes asociados a la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos. Representa como ningún otro símbolo la independencia, abolición de la esclavitud, carácter de nación y libertad de los Estados Unidos, y ha sido usado como un icono internacional de libertad.
Según cuentan los libros de historia, la Campana de la Libertad dio sus primeros tañidos el 8 de julio de 1776, en Filadelfia, durante la primera lectura pública de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y volvió a sonar cada Día de la Independencia (4 de julio), hasta que se quebró, en 1835.
Se hace referencia a esta campana en multitud de películas y series.
Para nosotros, el mejor recuerdo es el del capítulo de «Cómo conocí a vuestra madre» («How I met your mother«) en el que Barney decide arriesgarse a chupar la campana de la libertad.