SOLOS CON EL TÍO BUCK

La de hoy ha debido ser la quinta o sexta vez que hemos visto la divertida película «Solos con Nuestro Tío«.

«Solos con Nuestro Tío» es una de esas películas entrañables y familiares que gustaba de rodar el reciéntemente desaparecido John Hughes.

En nuestra colección de cine, las películas de Hughes ocupan un lugar destacado, tanto por su aspecto cómico tan bien desarrollado como por lo entrañables y familiares que son.

El matrimonio Russel (Elaine Bromka y Garrett M. Brown) y sus tres hijos (Jean Louisa Kelly, Macaulay Culkin y Gaby Hoffmann) han dejado su pequeño pueblo para vivir a las afueras de una gran ciudad (Chicago).

Desgraciadamente, una noche el matrimonio es avisado de que debe marcharse urgentemente para cuidar del padre de la esposa, que acaba de sufrir un infarto de miocardio.

Por desgracia para ellos, apenas conocen a nadie cercano que pueda hacerse cargo del cuidado de los hijos en su ausencia, dado que llevan poco tiempo en la ciudad.

Muy a su pesar, se ven obligados a llamar a Buck (John Candy), el hermano del marido, para que se encargue del cuidado de los chicos, a pesar de que saben que Buck es una persona con una vida desordenada.

Buck es un soltero irresponsable, incapaz de mantener un trabajo, de casarse con su novia de toda la vida (Amy Madigan) y de llevar una vida convencional, y está decidido a que la visita a sus sobrinos resulte inolvidable.

A pesar de que todo indicaba que Buck no sería capaz de llevar a cabo el mandato durante esos días, al final, a pesar de algunos momentos divertidamente desastrosos, la experiencia resulta inolvidable para los dos hijos más pequeños e incluso ayuda a resolver los problemas sentimentales de la mayor de los hermanos, una adolescente conflictiva que solo piensa en saltarse las normas e irse con su ligue (Jay Underwood).

Como en la mayoría de las películas de Hughes, en esta vuelve a tratarse el tema de la familia, separada pero cercana en los sentimientos, en un país en que el concepto de familia es diferente al de España, ya que allí, solo es familia los padres con los hijos (los abuelos solo para fiestas como el «Día de Acción de Gracias«).

El papel de John Candy es el clásico que solía representar el orondo actor: una persona desastrosa en su vida privada y en su aspecto, con extraños y cuestionables modos, pero con un corazón de oro.

La primera vez que ví esta película, me recordó a otra de Jose Luis López Vázquez que trataba sobre el mismo tema (aunque era anterior), lo cual me hizo pensar que Hughes tal vez «se topó» con la cuasi desconocida película española que le sirvió de isnpiración. No es descartable esa teoría…

El argumento de «Solos con Nuestro Tío» también recuerda a «Solo en Casa«, una de las películas más famosas de su filmografía y, sin embargo, para nuestro gusto, una de las más mediocres, aunque sin duda, divertida. Eso no se puede negar.

Entre los momentos más memorables de la película se encuentran, por supuesto, las enormes explosiones del motor del destartalado Mercury Marquis del 75, pero también otros como el del payaso borracho que acude a la fiesta de cumpleaños, o el momento en que Buck decide preparar una tarta gigante a base de tortitas enormes, o cuando Buck acude a la fiesta en busca de su sobrina, o cuando llega a casa de sus sobrinos y prueba la dureza de la vajilla de su cuñada. En cuanto al método de lavar la ropa, ¡no tenemos palabras!

Entre las cosas curiosas de la película, destacamos la escena de la directora del colegio, que nos ha recordado la escena del jefe de estudios de Ferrys Buller en «Todo en un Día«.

Si te gusta el cine divertido, familiar y con un toque ochentero, no te puedes perder esta película.