Después de años de tener esta película guardada, ayer por la noche decidimos verla.
La película que vimos fue «Wildflowers» (1999), escrita y dirigida por Melissa Painter, una de esas directoras que parece que solo desea estar nominada a los premios del Festival de Sundance.
Sinopsis
Wildflowers nos cuenta la historia de Cally (Clea DuVall) una joven de 17 años que vive con su padre viudo en un barco y que, un día, queda cautivada por Sabine (Daryl Hannah), una misteriosa y exótica mujer que llega al pueblo. Cally nos descansará hasta concerla e intimar con ella.
Estética por encima de todo
Estamos ante un ejercicio más estético que argumental.
De hecho, decidí conseguir esta película a mediados de 2007, tras ver, en un canal autonómico, tan solo la escena en que Cally ve a Sabine salir de una cafetería. Me gustó la estética. Simplemente, me pareció un cuadro en movimiento.
Mundo hippie
Y si de estética es de lo que hablamos, el rodaje del film parece seguir a pies juntillas el libro de estilo del hippismo.
Los planos están cargados de belleza sutil y natural. De hecho, Daryl Hannah parece salida de un cuadro prerrafaelista.
Sin embargo, de modo contradictorio, esta película parece ser también una crítica velada a los excesos del movimiento hippie de finales de los ’60. Los personajes, en mayor o menor medida, parecen renegar de su pasado y sus ideales.
Por lo demás, una película lenta, más bien sosa y, para que nos vamos a engañar…con un desenlace que se ve venir desde el primer minuto.
Localizaciones de rodaje
Para nosotros, lo más destacable del film son, sin duda alguna, las localizaciones de rodaje, situadas en San Francisco y alrededores.
Inevitable mención a North Beach, el bar Vesuvio y la librería City Lights, iconos del movimiento beat y el hippismo.
Recomendada para una tarde de relajación tomando una taza de té helado. Y especialmente recomendada para los que sigan viendo, como nosotros, el lado hippie de San Francisco.