Ayer por la noche, al fin pudimos ver una película de los ’80 que ha caído en el olvido.
Un film bastante desconocido
Se trata de «Malone«, una película de 1987 protagonizada por uno de los tipos duros de moda, Burt Reynolds.
Hace muchos años que quería volver a ver esta película y, gracias a internet, y a no pocos esfuerzos y paciencia, he conseguido bajarla con una calidad aceptable.
Por alguna razón, es una de esas películas de los ’80 que no han mantenido su popularidad a lo largo de los años, como si lo han hecho otras que incluso han ganado en popularidad (como es el caso de «Los Goonies» o «Regreso al Futuro«, mucho más famosas ahora que cuando se estrenaron).
El argumento del film es simple, y los protagonistas, bastante estereotipados, como corresponde a toda buena película de acción de esta década.
Sinopsis
Richard Malone es un asesino profesional con años de experiencia que decide tomarse un descanso tras sentir escrúpulos en uno de sus «encargos».
Para ello, elige perderse en un paraje aislado en las montañas de Oregón, pero su Mustang negro del ’69 le deja tirado muy cerca de una gasolinera propiedad de un veterano de guerra que le invita a quedarse un par de días a dormir mientras llegan las piezas de repuesto.
Pronto se dará cuenta de que un fanático millonario tiene atemorizado a todo el pueblo con el objetivo de hacerse con todo el pueblo sea como sea, para llevar a cabo un oscuro plan.
Localizaciones de rodaje: el punto fuerte del film
En términos técnicos, el film no destaca prácticamente por nada. Sin embargo, tenía un buen recuerdo de esta película por sus localizaciones.
Siempre he sido muy fan del cine de los ’80 rodado en lugares de montaña y bosque.
Curiosamente, aunque se supone que la película está ambientada en un valle poco habitado de Oregón, en realidad está rodada casi íntegramente en la Columbia Británica, principalmente entre los pueblos de Hedley y Princeton, casualmente muy muy cerca del pueblo en el que se rodó otra famosa película (que, curiosamente, estaba ambientada en el estado de Washington).
En resumen, una película muy entretenida, con algún pequeño giro inesperado, y con ese encanto que solo el cine de los ’80 tenía, y que recomendamos ver, aunque ya avisamos de que es muy difícil de conseguir.