Hoy por la tarde hemos decidido volver a ver una de nuestras películas favoritas.
Se trata de «Mi primo Vinny» («My cousin Vinny«, 1992), una comedia con dosis de intriga que ridiculiza la vida de la gente de los pueblos del sur de Estados Unidos, a base de estereotipos de los que, por cierto, tampoco se libran los neoyorkinos.
Sinopsis
Dos jóvenes neoyorkinos (Ralph Macchio y Mitchell Whitfield) deciden ir en coche desde su ciudad, Nueva York, hasta Los Ángeles, atravesando el sur del país, aunque cuentan con muy poco dinero.
Durante su viaje, tras parar a comprar algo de comida en una estación de servicio cercana a un pueblo de Alabama, se ven envueltos en un asesinato y son confundidos con los asesinos. No tienen medios para pagar a un buen abogado. Por suerte, uno de los jóvenes tiene un pariente que se dedica a la abogacía…
Comedia estrafalaria sobre juicios y abogados
La película está magistralmente dirigida por Jonathan Lynn, que pocos meses después de este trabajo dirigiría otra de nuestras comedias favoritas: «Su distinguida señoría«.
Aunque se trata de un film con un aire a lo road movie, realmente estamos ante una comedia estrafalaria que ridiculiza, en cierto modo, el cine de abogados y juicios.
Los personajes se mueven al son de los estereotipos más divertidos, como es el caso de los protagonistas, italoamericanos de Nueva York. ¿Se puede caer más en el tópico?.
No vamos a desvelar nada sobre la trama, puesto que, precisamente, es eso lo que destaca del film.
Solo diremos que se trata de una de las películas de juicios más divertidas que hayamos visto.
Un reparto extraño
En cuanto al reparto, a pesar de lo que pudiera parecer a primera vista, Ralph Macchio (Daniel san en la trilogía Karate Kid) apenas destaca, siendo su compañero de viaje, Mitchell Whitfield, mucho más divertido.
El gran Joe Pesci, relativamente encasillado en dramas mafiosos, nos demuestra su vena cómica y, desde luego, su interpretación es espectacular y profundamente divertida. Tan divertida como la de Fred Gwynne en el papel del implacable juez Chamberlain (en su último papel en la gran pantalla); ¡todo un personaje! y uno de esos jueces de comedia que uno no olvida (como sucede con el que aparece en «¿Qué me pasa, doctor?» o en «Cita a Ciegas«).
En el reparto destaca también la interpretación de un correcto Lane Smith, con quien contaría el director unos meses más tarde para rodar «Su distinguida señoría«.
Por último, Austin Pendleton, al que no veíamos desde su maravilloso papel como profesor Larrabee en la descacharrante comedia «¿Qué me pasa, doctor?«, vuelve a demostrarnos sus grandes dotes para la comedia, en el memorable momento de la exposición del abogado Gibbons delante del jurado.
Pero si alguien destaca en el reparto de esta descacharrante comedia es mi adorada, la guapísima y atractivísima Marisa Tomei, que pone el contrapunto serio a esta comedia, en el papel de prometida de Vinny, por el que se llevó un oscar a la mejor actriz de reparto.
Pues bien, buscando algo de información sobre ella en este film, hemos sabido que este Oscar fue muy controvertido y parece ser que existe una leyenda sobre este asunto que dice que el encargado de entregar el Oscar a la mejor actriz secundaria de 1992 iba borracho y acabó diciendo, por error, Marisa Tomei cuando en realidad la ganadora era Vanessa Redgrave, si bien este escándalo nunca se ha probado.
De todas maneras, si alguien duda de su capacidad interpretativa, recordaremos que ha sido nominada posteriormente en 2001 y 2008 también al Oscar.
¿Alabama? no, Georgia
Por cierto, como dato curioso, diremos que esta película, ambientada supuestamente en un pueblo de Alabama, realmente se rodó en varios pueblos de Georgia, como Gainesville, Monticello o Eatonton.
Una gran película que recomendamos vivamente y que levanta el ánimo al más deprimido.