Ayer por la noche disfrutamos de otra de esas pequeñas gemas del cine.
Cada película de Clint Eastwood es para nosotros una pequeña joya que disfrutamos profundamente.
En este caso, elegimos ver «Golpe de Efecto» («Trouble With The Curve«, 2012), un film de ritmo calmado en el que podemos ver a un otoñal Eastwood en plena forma, a pesar de lo que diga la crítica «especializada».
Esta película supone el debut de Robert Lorenz como director, quien ya fue ayudante de dirección de Eastwood, con quien trabajó en «Los puentes de Madison«, «Mystic River» y «Million Dollar Baby«.
Sinopsis
Gus es un veterano ojeador de béisbol que, debido a su avanzada edad, está comenzando a perder la vista. En el equipo para el que trabaja ya no está bien valorado porque creen que las nuevas tecnologías le están desplazando.
Por ello decide viajar con su hija Mickey hasta Atlanta para observar a un joven talento, aunque el viaje no será fácil, la relación con su hija ha sido conflictiva en los últimos años.
El nostálgico ambiente del béisbol
La crítica especializada no otorgó una buena puntuación a este film. Sin embargo, para nosotros, su aire nostálgico, la interesante trama, y el peso de un actor como Clint Eastwood, son motivos suficientes como para haber disfrutado mucho con la película.
Por alguna razón, el béisbol parece ser el deporte elegido por Hollywood cuando se quiere otorgar un aire nostágico a un film (véase «El Mejor» o «Frequency«), y esa constante se mantiene en «Golpe de Efecto«, quizás para contrastar el ambiente de un deporte disfrutado típicamente en familia con la relación algo turbulenta del protagonista con su hija.
Otra reflexión sobre la vejez
Parece otro de esos films del ocaso de Clint Eastwood en que este gran actor aprovecha algunas escenas para reflexionar sobre la vejez, tanto desde la óptica física y humana, como social y laboral.
Un gran reparto
En lo que respecta al resto del reparto, Amy Adams está, como casi siempre, estupenda.
En cuanto a Justin Timberlake, este film es, en nuestra humilde opinión, el primer trabajo decente que realiza.
También desfilan por la pantalla grandes figuras, como John Goodman o Bob Gunton, que vuelve a interpretar a un hijo de perra de esa manera tan convincente como solo él sabe.
Por cierto, precioso el Buick Skylark Custom de 1970 que luce Justin Timberlake. Es una lástima que el Mustang del ’66 de Eastwood sufriera ese percance…
Una película de ambiente precioso y algo nostálgico protagonizada por una leyenda de Hollywood. No son necesarios más pretextos para elegir verla.