Ayer por la noche vimos una road movie con tintes de comedia universitaria.
La película que vimos es «Sex Drive» (2008).
Sinopsis
«Sex drive» es un juego de palabras que significa «deseo sexual» pero que juega con las palabras «conducir» («drive») y sexo.
El argumento es bastante previsible: un chico virgen conversa con una chica a través de internet.
Ella le promete que se acostará con él si va hasta su ciudad a verla. Pero él no tiene modo de ir hasta allí, por lo que, empujado por su descerebrado amigo, decide robarle el coche a su impulsivo y violento hermano mayor.
Al viaje se apunta una amiga de la infancia, de la que el protagonista siempre se ha sentido atraído.
La película nos cuenta el viaje y andanzas de este trío y su muscle car por las carreteras de Estados Unidos.
¿Versión gamberra de «Juegos de Amor en la Universidad«?
Se veía venir. Antes incluso de comenzar a ver la película, me temía que el planteamiento se pareciera demasiado a «Juegos de Amor en la Universidad» (1985).
Efectivamente, así es: un coche en el que viajan varias personas, una de ellas con el objetivo de llegar a otra ciudad en la que satisfacer sus fantasías sexuales. En el camino, las desavenencias y discusiones con la chica que le acompaña en el viaje, hace que vaya surgiendo la chispa del amor.
Eso sí, hay algunas diferencias notables.
Primero, el reparto. Ya no tenemos ante nosotros al genial John Cusack ni a la guapa Daphne Zuniga (aunque Amanda Crew es también muy guapa).
Además, la película está demasiado cargada de situaciones absurdas y llenas de gente haciendo el ganso.
Es algo así como un cruce entre la película de Cusack y «Colega, ¿dónde está mi coche?» o alguna otra comedia descerebrada de bajo nivel de las que se estrenan actualmente; básicamente, una sucesión de situaciones grotescas y cómicas, de humor grueso y escatológico.
Curiosa inserción del mundo de las redes sociales
Lo que resulta curioso, desde el comienzo del film, es el tratamiento que le dan a las redes sociales. Es muy curioso ver cómo la pantalla del ordenador interactúa con el protagonista, o cómo algunos de los personajes acaban siendo objeto de publicación en algunas webs o redes sociales.
Palomitera ideal para adolescentes
Una buena película para pasar el rato e ingerir una buena cantidad de palomitas, pero a la que no se le puede pedir más.
En realidad, solo hay dos cosas que realmente tienen calidad en la película: el precioso Pontiac GTO del ’69, apodado «el juez», y el papel sumamente divertido del amish más caradura de la historia, interpretado por el genial Seth Green.