El pasado viernes por la noche fuimos al cine al estreno de la tercera entrega de la saga «John Wick».
Titulada «Parabellum», tuve la feliz idea de imaginar, antes de ir al cine, que hacía referencia al adagio latino «si vis pacem, para bellum» («si quieres la paz, prepara la guerra«. Y acerté.
Artículo sin spoliers
El siguiente artículo no desvela el argumento del film («spoilers») aunque en la redacción asumo que se conoce el final de la segunda parte de la saga «John Wick».
Sinopsis
Tras acabar con la vida de Santino D’antonio, uno de los miembros de «la mesa», el super sicario John Wick tiene que huir, pues se pone precio a su cabeza tras romper una de las reglas más importantes de la organización, al matarle dentro de las instalaciones del hotel Continental.
De ese modo se convierte en objetivo de sicarios de todo el mundo que quieren cobrar los 14 millones de dólares de recompensa por acabar con él.
Una película de acción sin paliativos
Aunque no es mi intención destripar el contenido de este film con spoilers, debo anticipar que se trata de una película de acción pura.
Con ello quiero decir que quienes vayan al cine esperando ver un profundo desarrollo del argumento iniciado con la primera entrega y continuado en la segunda, se van a llevar una decepción.
Impresionantes coreografías
A cada film de John Wick que se estrena, me quedo más y más sorprendido de las impresionantes peleas.
En esta tercera parte de la saga podemos ver incluso peleas con caballos, motos y demás parafernalia.
Un espectáculo de trompazos que ensombrece las espectaculares peleas de la saga Matrix, quizás debido a que es el mismo coreógrafo el responsable de ambas sagas.
Reparto
Obviamente el personaje de John Wick, interpretado por Keanu Reeves (uno de nuestros actores fetiche) eclipsa nuevamente al resto del reparto como en las anteriores entregas.
Incluso a una irreconocible Halle Berry, que está muy correcta en su papel, y a un extraordinariamente envejecido Mark Dacascos que le hace la vida imposible a John Wick.
De nuevo el guionista le da al público lo que quiere ver en pantalla: los dos personajes secundarios con más pedigrí, que son el gerente del Continental, Winston (interpretado por Ian McShane); y Charon, el super profesional conserje de dicho hotel (interpretado por Lance Reddick).
Y puestos a llenar la pantalla de viejas glorias del séptimo arte, podemos ver también a Anjelica Huston en un pequeño papel.
Miedo a la evolución de la saga
Debo reconocer que estoy bastante asustado con el cariz que está tomando la saga John Wick.
En mi opinión, el asesinato de Santino D’antonio en El Continental, fue un giro argumental absurdo y propio de la industria de Hollywood para estirar como un chicle la saga y rentabilizar aún más al personaje de John Wick, cuya primera entrega, curiosamente, tuvo muy poco tirón en el cine.
Creo que finalizar en la segunda parte, eliminando ese absurdo asesinato, habría dado a la película un matiz más serio y respetable.
Me preocupa que las sucesivas entregas de John Wick sean un sinsentido que estropee la imagen de un producto cinematográfico que, hasta la fecha, me encanta.
Sería triste ver que estamos ante otro «Matrix«, «Fast and Furious«, «Los Inmortales» o «Misión Imposible».
Al menos, de momento, no he percibido la decadencia con mucha claridad como sí lo hice con la triste segunda parte de «Jack Reacher«, la otra película centrada en su protagonista que deslumbró las taquillas a mediados de esta década.
En resumen: la tercera entrega de John Wick, «Parabellum«, es un film de acción en estado puro; una orgía de peleas y disparos para ese niño que muchos adultos llevamos dentro y que está ávido de acción.
Por cierto, ¿seguirá el Mustang Mach 1 del ’69 en el taller?
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