Y llegó el día.
El día en que la demolición del viaducto del «Seattle Waterfront» es noticia.
Desde hace unos años (concretamente desde agosto de 2014), ya sospechábamos que esto iba a suceder.
El 11 de septiembre de 2017, comiendo con Mariano y Emilia en Capitol Hill, mis sospechas quedaron confirmadas.
La verdad es que me sorprendió que Mariano Lozano (y supongo que varias decenas de miles de seattlelitas) estuviera a favor de lo que consideraba «una horrible monstruosidad».
El viaducto de Seattle es quizás el lugar de los «nunca más» que más me duele despedir.
Demolición del viaducto de Alaskan Way
La demolición de este impresionante y mastodóntico viaducto forma parte de un enorme proyecto de reconversión del Seattle Waterfront con vistas al turismo y a una imagen renovada y sofisticada del «nuevo Seattle» (léase esta expresión con el máximo de tono irónico que se pueda).
Ya hemos sido testigos de las obras que se han llevado a cabo desde hace un lustro.
Ojalá pudiéramos estar ahora mismo allí siendo testigos también de este momento histórico.
Se me hace raro pensar que ya no pasaremos por debajo del viaducto al bajar del mercado de Pike hacia el paseo marítimo.
Ya no se verá desde la parte alta del mercado, justo desde donde se encuentra el totem.
Ya no se verá desde el restaurante chino del mercado de Pike al que vamos a comer cada año.
Tampoco cubrirá la entrada del mítico OK Hotel.
Ya no se verá desde los muelles del Puget Sound ni al llegar en ferry desde Bainbridge Island o desde alguna otra isla del Puget Sound, ni bajando desde Pioneer Square hacia los muelles.
¡Qué extraño será todo!
Y, lo que es peor, ¡qué globalizado y común será!
El «nuevo Seattle».
Seguramente muy bonito, pero por desgracia, también muy convencional.
Adiós a una parte del Seattle verdadero. A la ciudad que casi nadie conocía pero que estaba llena de encanto.
¿Te gustaría conocer la ciudad de Seattle con la compañía de un local?
Una ciudad de pescaderos. Una ciudad industrial. Una ciudad grunge.
Bienvenido el «nuevo Seattle», probablemente un nuevo destino turístico de moda y, desde hace un par de años o más, una ciudad en un espectacular crecimiento inmobiliario.
Muchos recuerdos se agolpan en nuestra mente
Nunca olvidaremos aquella noche del 8 de agosto de 2008, cuando aterrizamos por primera vez en Seattle y el shuttle del aeropuerto nos llevó hasta la ciudad, completamente iluminada por ser ya de noche cuando llegamos.
Recuerdo vivamente cómo un poco antes de que el shuttle tomara el viaducto de Alaskan Way, pudimos ver desde nuestra ventanilla la imagen de los edificios del Waterfront (e incluso en algún momento creí ver el Space Needle).
Al día siguiente, paseando desde el mercado de Pike por la orilla del Puget Sound y pasando por debajo del viaducto de Alaskan Way llegamos hasta Pioneer Square, donde unos metros antes alguien me preguntó sobre nuestro viaje y le conté la extraordinaria ruta que nos llevaría por San Francisco, Las Vegas y tantos y tantos lugares.
Recuerdo también la primera vez que conduje por encima del viaducto.
Si no recuerdo mal, fue un Ford Mustang azul en agosto de 2011. Muy pronto por la mañana, para devolverlo en el aeropuerto y coger un vuelo a San Francisco.
Creo que, si tengo tiempo, publicaré pronto un artículo con los recuerdos (y fotografías más memorables) de nosotros y el viaducto de Alaskan Way.
Por ahora, dejo en este artículo un buen puñado de fotografías tomadas con el teléfono móvil. Instantáneas naturales de momentos que no volverán.
Afortunados de haberlo vivido
Me siento tan afortunado de haber disfrutado de las vistas de este impresionante viaducto durante 10 años y 9 viajes a Seattle que no puedo expresarlo con palabras.
Tan afortunado de haber conducido por ese viaducto en incontables ocasiones; tantos momentos inolvidables…
Le decimos adiós a una parte de nuestra vida y de nuestros viajes, pero con una sonrisa de satisfacción por haber disfrutado tantos y tantos viajes de este viaducto que, para mí, representa el Seattle grunge, el Seattle industrial, el Seattle de nuestro pasado más nostálgico.
Nostalgia: no somos los únicos
Parece ser que, según la noticia del Seattle Times, algunas personas han llamado para pedir un trozo del viaducto y ya se ha creado una lista de espera.
Ojalá pudiéramos tener un pedazo de historia.
Los dibujos de este artículo son obra de Gabriel Campanario.
Puedes saber más sobre este español afincado en Seattle en su página web.
He rescatado fotos tan solo de mi teléfono móvil por pereza. Tenemos decenas de fotos increíbles tomadas con cámara.