Ayer por la noche vimos otra clásica película de los ’80.
Se trata de «Starman, el Hombre de las Estrellas» («Starman«, 1984), una película dirigida por el legendario John Carpenter.
Contenido del artículo
Sinopsis
Starman narra la llegada a la Tierra de una nave extraterrestre. En ella viaja un extraterrestre cuya misión es contactar con los terrícolas después de haber escuchado el mensaje enviado en la sonda espacial Voyager II.
En Wisconsin, cerca del lugar en el que choca la nave, en una aislada cabaña, vive una joven viuda, Jenny Hayden, quien aun no ha logrado superar la reciente muerte de su esposo.
El extraterrestre, sin cuerpo material, toma la forma del difunto marido de Jenny y la convence para atravesar los Estados Unidos en coche, hasta el lugar en el que otra nave vendrá a recogerle, en Winslow (Arizona). Si no llegan a tiempo, la nave se irá, y la forma humana morirá, arrastrando consigo al extraterrestre que la ocupa.
Jenny, que desconfía del alien, a quien cree potencialmente agresivo, ve como cambia su actitud hacia él al ver lo desamparado que está y su carácter pacífico.
Un film clásico de los ’80
Estamos ante uno de los grandes clásicos del cine de ciencia ficción de los ’80 (junto con «E.T.», por ejemplo), si bien nunca llegó a registrar el éxito en taquilla que quizás se esperaba de ella.
Estereotipos sobre extraterrestres
No obstante, cuando hablo de clásico me refiero al hecho de que dicho film se convirtió en otro de esos estereotipos que ha sido plagiado en su argumento y elementos principales.
Dado que el extraterrestre protagonista tiene que aprender a moverse y a hablar, abre todo un abanico de posibilidades para los guionistas, entre las que no podía faltar alguna que otra situación cómica naif. Así, cumple uno de los tópicos de la ciencia ficción de los ’80 (como sucede en «Cortocircuito«, «Star Trek V«, etc).
Otro de los elementos más utilizados en el cine de ciencia ficción posterior es el de los agentes del gobierno persiguiendo al extraterrestre por representar un peligro o bien con el objetivo de ser examinado y analizado.
Después de tantos años, ni el argumento ni el guión sorprenden lo más mínimo, pero hemos de entender que, en el año en que se rodó, resultaba muy novedoso el enfoque romántico de la llegada de un extraterrestre a la Tierra, a diferencia de los films que explotaban el enfoque misterioso, cómico o de acción.
Karen Allen
realiza un gran trabajo de interpretación, conmoviéndonos con su drama familiar, aunque no consigue eclipsar a un jovencísimo Jeff Bridges en el papel de un «humano» extraterrestre.
No me cabe duda de que la Ford quiso volver a tener presencia como fabricante de deportivos populares, porque son más de una docena de veces las que se menciona en el guión el modelo de coche de los protagonistas: un Ford Mustang Cobra II de 1977.
Para nosotros, lo mejor de la película son las localizaciones de rodaje que, por tratarse de una road movie, son bastante variadas y muchas de ellas realmente sorprendentes (como es el caso de Monument Valley, en Utah), aunque mis favoritas son las de la primera parte de la película, a través de pueblos y bosques con un precioso clima lluvioso.
Por cierto, el lugar en el que choca la nave y se ve envuelta en llamas es Prentice Cooper State Forest and Wildlife Management Area, situado entre Chattanooga y Powell’s Crossroads, en Tennessee. Curiosamente, el pequeño lago situado allí se llama actualmente Crater Lake.
Muchas de las escenas de la primera mitad del film están rodadas en Tennessee, entre Chattanooga, Jasper y Kimball.
El destino de los protagonistas, Winslow (Arizona) nos trae muchos y muy buenos recuerdos.
Un film para toda la familia, con notables reminiscencias de aquel cine de los ’80 que tanto añoramos.
Un par de años después llegaría a televisión una secuela en forma de serie, pero esa es otra historia…
